miércoles, 15 de febrero de 2012

Vamos a la playa, o o o o ó...

Luego de Chan Chan y el desierto, vino la playa de Huanchaco: surfistas y paseantes en balsas de totora, gente que se bañaba vestida (mucha), tres niños en una pelopincho rellena con agua de mar, globos con forma de sapo y de pantera rosa, vendedoras de chicha morada en bolsitas, alquiladores de sombrillas y sillas, un nene Jerry, una nena Alison, una mujer a la que su novio se-le-había-ido-con-otra y se lo contaba a su sobrino, que preguntaba y preguntaba, mucha gente con sombrillas de calle, una mujer joven que caminaba por la arena con shorts balloon de color fucsia y medias de red ¡negras!, un fotógrafo autorizado, vendedores de marcianos (un tipo de helado de palito), fabricantes de trencitas con cuentas, una masajista.
El agua helada, la arena oscura, la neblina, pero todos contentos.
El sunset, nada de puesta de sol, fue a las 6 y media.











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