jueves, 8 de agosto de 2013

Quiero volver a Modica

Este viaje era un viaje para ver el barroco en Sicilia (y para encontrarme con Sófocles en el Teatro Greco de Siracusa, claro). Así que no podía no ir a Modica. Además, elegí la ciudad como base para visitar Ragusa y Scicli. Fue una muy buena elección. Modica es una ciudad pequeña, amable y deliciosa.
Quiero volver a Modica. Voy a volver a Modica.
Ya lo dijo Bufalino: la ciudad es como una granada reventada. Con una planta absolutamente irregular que trepa a los montes Iblei, con poquísimas calles anchas (creo que son solo tres) y con cientos de callecitas angostísimas con escaleras. La calle ancha que se ve en las dos primeras fotos es el corso Umberto I, donde están los negocios, los bancos y los restaurantes. En una de las primeras cuadras hay una marca del nivel al que llegó el agua en un aluvión. Esa marca y el sospechoso recorrido de la calle delatan que el corso Umberto fue un curso de agua, lo mismo que la via Marchesa Tedeschi. Leo en una página municipal que eran dos torrentes: Pozzo dei Pruni y Janni Mauro.
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Aquí la callecita del hotel, Campailla, de día y de noche, y más abajo, una callecita que baja desde Modica Alta.




Estas fotos son del corso Umberto I.




A unas dos cuadras del hotel, por el corso Umberto I, está la Antica Dolceria Bonajuto. ¡Ay, qué rico todo! Para ir desde el hotel había que caminar unos metros por Campailla y luego bajar por la escalera desde donde tomé la primera foto. La Dolceria es el negocio de la izquierda, con el cartel verde.




Una de las joyas de Modica es la chiesa di San Giorgio, con su espléndida escalinata. Lindísima al atardecer. A San Giorgio hay que verla desde distintos ángulos. Me imagino que eso habrán querido los varios arquitectos y capomastri que la construyeron.





San Giorgio está en Modica Alta. En Modica Bassa está San Pietro.


Modica me gusta mucho porque es lindísima, por supuesto, pero también porque las calles enredadadas tienen algo de misterio. Una noche fuimos a comer a Fattoria delle Torri. Para llegar al restaurant hay que ir hasta el final de una callecita angosta que luego gira a la derecha (vico Napolitano), abrir una puerta y subir por una escalera caracol desangelada (todo esto sin nadie a la vista). A la salida de la escalera hay otra puerta, que da a un jardincito delicioso y a la entrada de un palazzo del siglo xviii.

Aquí está el jardincito con limoneros. La casa que se ve en la foto está del otro lado de la calle. Me pregunto: ¿dónde estaba la entrada original del palazzo? Me muero por saber eso.


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