lunes, 18 de noviembre de 2013

Llegó la luz del tren...

¡Qué placer jugar en las vías del tren! Me acuerdo esas tardes de verano en Sierra de la Ventana, pendientes de la bocina de la locomotora para correr hasta un lugar seguro, y a la noche, cuando esperábamos la luz del tren a Bahía Blanca que aparecía de repente al final de los rieles. Me acuerdo y siento el olor del pasto, porque nos apretábamos contra el terraplén con las narices hundidas en la tierra. 
Esa misma fascinación, idéntica, el sábado pasado, en el viaducto del Toro. Todos esperando el tren como a los Reyes Magos.







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